Trabajar de acuerdo a las normativas emitidas por la Agencia de Regulación y Control Sanitario (ARCSA) es imperativo para optimizar la producción de lácteos a escala nacional.
La industria formal de lácteos reconoce y garantiza la ejecución adecuada de los procesos de fabricación, para llegar a los mercados y garantizar la salud de los consumidores.
Establecer diálogos con el nuevo Gobierno clave para fortalecer a este sector productivo, clave en la economía nacional, y potenciar particularmente el sistema de exportación de productos lácteos; además de luchar contra la informalidad y desarrollar un comercio justo. Además de luchar contra la informalidad, factor que complica la economía nacional y pone en riesgo la salud de los consumidores de lácteos.
La industria láctea ecuatoriana genera 1 millón de plazas de trabajo a escala nacional. A diario, los productores de estos alimentos básicos para el diario vivir de los ecuatorianos innovan en cada etapa de la fabricación y operan bajo normativas nacionales e internacionales, mismas que garantizan la calidad de sus productos y la salud de los consumidores.Trabajar sobre la base de las normativas emitidas por la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA) es de vital importancia para que más empresas dedicadas a la producción de lácteos obtengan el certificado BPM, el que garantiza los principios básicos y prácticas generales de higiene en los productos. Con dicho certificado las empresas podrán trabajar de manera más ágil en la innovación y desarrollo de nuevas mercancías, lo que mejorará su actividad comercial.
La industria láctea tiene la obligación de certificar todos sus productos para el consumo: esto significa una ventaja tanto para el productor como para el consumidor, ya que las certificaciones de calidad permiten que el cliente sepa que detrás del producto lácteo hay una cadena de valor económica y socialmente responsable, puesbusca el pago justo a sus colaboradores, productores y comerciantes, además de su constante capacitación.
El cambio de Gobierno implica una serie de procesos que la industria láctea debe seguir: desde siempre, los productores de lácteos se han preocupado por mantener espacios de diálogo intersectoriales, por ello resulta importante contar con la apertura del nuevo régimen para implementar una visión de cadena agroalimentaria, en la que cada eslabón sea exitoso de modo paritario (tanto productores grandes como pequeños, además de los consumidores); por otro lado, resulta fundamental contar con su apoyo para implementar mejoras de la tecnología como herramienta para fomentar la productividad y obtener una participación activa de empresas comprometidas a fin de dinamizar la actividad lechera.
El sector lácteo nacional ratifica su compromiso con el país y con la continua mejora de sus procesos productivos, para impulsar el trabajo del sector y especialmente buscar el incremento de las exportaciones lecheras, factor imperativo para mejorar el sistema de producción. Otro objetivo principal a tratar con el nuevo Gobierno es la lucha contra la informalidad, para mejorar la calidad económica, social y legal de los productores e incorporarlos a cadenas que garanticen su trabajo y la calidad de los productos.
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