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Renovación y reinvención: dos constantes que marcan el trabajo de la Industria láctea ecuatoriana

La industria láctea ecuatoriana es uno de los principales músculos productivos del país y juega un papel clave para la reactivación económica. Pese a la crisis generada por la pandemia por coronavirus, el sector continuó su trabajo, reforzó las medidas de seguridad en la cadena productiva y se adaptó a las nuevas necesidades de los consumidores.

Quito, julio de 2020.-

La emergencia nacional y mundial por la COVID-19 ocasionó cambios en los hábitos de consumo de los hogares, además de cambios en las preferencias por tipos y presentaciones de productos lácteos, se visibilizó un reconocimiento importante de la leche y los lácteos como alimentos de muy alta calidad, fácil asimilación y gran biodisponibilidad para toda la población en cada una de las etapas de la vida.


Vemos como los ecuatorianos están cada vez más conscientes de la necesidad de consumir productos inocuos, de calidad y que contribuyan a consolidar su salud y su sistema inmunológico, así la leche se consolida como un producto ideal para una nutrición adecuada.


Durante la emergencia sanitaria, la industria láctea ecuatoriana contribuyó a la nutrición adecuada de los ecuatorianos. La distribución completa a escala nacional, pese a las complicaciones logísticas que se han presentado, no se detuvo y la industria mantuvo abastecidos todos los canales de distribución a fin de que las familias ecuatorianas puedan tener siempre en su mesa leche, queso , yogur y más productos lácteos de primera calidad.

Por otro lado, los actores de la cadena láctea demostraron su compromiso y responsabilidad al mantener la compra de leche y llevarla hacia los consumidores de maneras innovadoras y creativas, la interdependencia entre los mismos es clara, necesaria y debe ser reconocida por la sociedad como una cadena agroalimentaria unida, consolidada, fuerte y orientada a brindar los mejores productos para los consumidores.


La sociedad ecuatoriana demostró su confianza en los lácteos para cuidar su salud y nutrir a la familia. Sin embargo existe todavía un arduo trabajo por hacer: los promedios de consumo nacionales (menos de 100 litros de leche por persona al año) son menores que los de nuestros países vecinos (aproximadamente 150 litros/persona/año), y mucho más bajos que los de países con alto nivel de consumo (sobre los 210 litros/persona/año); y estos promedios de consumo tienen una relación directa con los niveles de desnutrición de la población, en ese sentido la industria trabaja para motivar, informar y generar conciencia en la población acerca del consumo de lácteos producidos de forma inocua y con altos estándares de seguridad y calidad.


El éxito de la industria láctea ecuatoriana está marcado por el trabajo comprometido y esfuerzo diario, ambos factores han logrado que el consumidor se identifique con el producto lácteo de alta calidad como un elemento fundamental dentro de su nutrición y de su vida sana.


La innovación de productos y procesos, el aseguramiento de la trazabilidad y la difusión de la importancia y funciones de la cadena láctea permiten dar los pasos necesarios para poner a la leche “de moda”.

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